Como colofón a un viaje de siete días en Cantabria, de regreso a casa consideramos oportuno pasar las dos últimas noches en Elx, seleccionando el Hotel Boutique Hort de Nal.En primer lugar, agradecer al personal su gran amabilidad y el exquisito trato recibido desde el primer minuto. Destacar en este aspecto, las atenciones de Marta en la recepción, así como una mención especial para José Luís, un gran chef y mejor persona.Nos alojamos en la habitación Oripell, la mayor de las 8 habitaciones del complejo. Sencillamente, maravillosa. La mejor de las habitaciones. Nos maravilló!Os garantizo que el lugar transmite tranquilidad y sosiego. Si buscáis un lugar para desconectar y relajaros, esta es una magnífica opción. Uno de los puntos fuertes del hotel es el aforo limitado de huéspedes. Eso se agradece en la zona de piscina (nunca pasamos de 8 personas), así como en la terraza o comedor, ajenos a los agobios de otro tipo de hostelería.Detalle a destacar el servicio de bebidas y refrescos a pie de piscina. No hay que moverse. Ya vendrán a preguntaros si deseáis algo.En relación a las comidas, señalar la gran calidad de los alimentos. Nos gustó especialmente que, tanto el desayuno como la cena, tuviéremos que encargarla con antelación suficiente. Ello es garantía de comida fresca. La carta de desayunos es muy amplia. La de la cena, muy adecuada y equilibrada.Nos gustó tanto que echamos en falta la opción de almorzar en el hotel. De ahí que no le otorgue la máxima valoración en el servicio. Aunque en el global, sí, por supuesto.Sin duda esta es una destinación que os recomiendo con los ojos cerrados. Ideal para relajaros y desconectar del día a día.Nosotros ya lo hemos recomendado a família y amistades.
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