HORT DE NAL

El alma de Hort de Nal

El alma de Hort de Nal

El alma de Hort de Nal

Comprometerse con una persona siempre es el inicio de una aventura. Pero cuando Paco y Lucía lo hicieron en 2016, aquella aventura acabó transformando sus vidas por completo.

Buscaban un lugar donde celebrar su boda, un espacio con alma, rodeado de naturaleza y de las personas que más querían. Fue entonces cuando Toñi, la madre de Paco, le habló a Lucía de una finca familiar que llevaba más de treinta años cerrada. Abandonada, en silencio, olvidada.

A simple vista, parecía imposible. Pero Lucía sintió algo. Había en aquella finca una energía especial, una fuerza difícil de explicar. Donde otros veían polvo y ruina, ella vio futuro, vio vida.

En febrero de 2017, con solo cuatro meses por delante para su boda, decidió dejar su trabajo y lanzarse de lleno a una locura maravillosa: reformar por completo la finca y transformarla en el lugar donde celebraría el día más importante de su vida. Entre planos, pintura, andamios y decisiones infinitas, cada rincón empezó a cobrar sentido.

Fuegos artificiales para boda

El 24 de junio de 2017, aquella finca volvió a llenarse de música, de risas y de amor. Y aunque el camino no fue fácil, ese día marcó el inicio de algo mucho mayor que una boda: el nacimiento de Hort de Nal.

Porque desde entonces, cada detalle, cada celebración y cada huésped forman parte de una historia que empezó con un sueño y con una convicción: que los lugares con alma pueden transformar a las personas.

Como dice Lucía: “Nunca vendería algo que no fuera a comprar. Hort de Nal nació de una emoción real, de algo que viví antes de ofrecerlo.”

Hoy, Hort de Nal no es solo una finca ni un hotel. Es el resultado de creer en lo invisible, de apostar por lo que se siente y de cuidar un lugar que late con el corazón de quienes lo habitan.